Después de ti



Después de ti es la continuación de Antes de ti novela de Jojo Moyes. Es recomendable haber leído previamente Antes de ti, para evitar algún posible spoiler del primer libro. 
Louisa Clark ha perdido al amor de su vida, por lo que siente su vida vacía, vive en una casa que no siente como un verdadero hogar, trabaja en un bar donde tiene que llevar un uniforme ridículo, ha viajado por el mundo e incluso ha vivido en París. Sin embargo, a partir de un accidente que tiene su vida cambia, vuelve a casa de sus padres (quienes consideran que el accidente pudo estar motivado por la pérdida de Will) y tiene que enfrentarse al recuerdo de todos los lugares y recuerdos que compartió durante nueve meses con Will.
Una visita de una adolescente cambia la vida de Lou de maneras insospechadas para ella.

Es una novela que se hace amena, puesto que a Lou le suceden muchas cosas, y está contada con cierta ironía. El grupo de ayuda, Círculo de Avance, al que acude es de lo más variopinto, los integrantes son personas con problemas reales que conservan parte de su sentido del humor. Aunque en un principio Lou lo considera una pérdida de tiempo, al final se siente identificada con ellos. Hay que destacar que en la narración se observa que Lou ha perdido parte de la ingeniudad de la que era poseedora en el primer libro.
Por lo que considero que es un libro que habría que leerse para relajar la mente.

Aquí adjunto unas citas que me han gustado del libro

—Mira. Sólo quería explicarte... lo que estábamos hablando. Sí me gustas. Me gustas muchísimo. Es que...tengo miedo.
—Todos tenemos miedo, Lou.
—Tú no tienes miedo a nada.
—Sí. Claro que sí. Solo que a cosas que pasan desapercibidas
Se quedó mirando sus botas.
 —Eres Louisa, ¿verdad? Ha estado preguntando por ti. —Sonrió y frunció su nariz. —Avísanos si te cansas de él. Es un encanto.
Abrí la puerta lentamente y sus ojos se abrieron, su cara se giró ligeramente. Me miró entonces, como si me estuviera reconociendo, y algo dentro de mí se reblandeció de alivió.
—Algunos son capaces de cualquier cosa con tal de ganarme en el torneo de cicatrices—cerré la puerta detrás de mí.
—Sí. Bueno— su voz salió como un graznido. —He salido bien de ese juego. —Me dio una pequeña sonrisa cansada.
Me quedé de pie, cambiando de un pie al otro. Odiaba los hospitales.
Haría casi todo para no entrar nunca en uno de nuevo.
—Ven aquí.
—Pensé que habías muerto, —dije con un hilo de voz.
—Por lo visto una mujer increíble que no debía estar en la ambulancia se las ingenió para detener mi pérdida de sangre.
—Qué pedazo de mujer
—Eso creo.



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