En un instante pasé a formar parte de la historia más bella que una película pueda imaginar
Alain Bonnard regenta un pequeño
cine de los antiguos, Cinèma Paradis, en el que se proyectan películas antiguas
del siglo XX, no es el típico cine ya que se proyectan películas con calidad y
no vende palomitas. La afición por las películas surgió gracias a su tío (el
anterior propietario) quien desde pequeño lo introdujo en este mundo y tras su
muerte le dejó su negocio.
Uno de esos grandes rollos de película que había entonces en los cines y que cuando giraban en el proyector fundían miles de imágenes en un todo maravilloso... para mí, pura magia.
Todos los miércoles acude una
joven que viste un abrigo/gabardina roj@, su nombre es Mélanie y siempre se
sienta en el mismo sitio, la butaca de la fila diecisiete. Para Alain se
convierte en un amor platónico, todos los miércoles la ve, pero no se atreve a
entablar conversación con ella, hasta que un día se arma de valor y decide
hablar con ella, dan un paseo por las calles de París e incluso toman un café
juntos. ¡Incluso accede a quedar con él la semana siguiente!
Al día siguiente Alain recibe la
visita de un director de cine norteamericano Allan Wood, junto con su gran musa
Solène Avril, una actriz francesa que de pequeña también era asidua a Cinèma
Paradis que convence al cineasta para que se rueden ahí algunas escenas de su
nueva película. Alain acepta puesto que las ganancias que obtiene son escasas,
la gente prefiere ver estrenos a ver películas del siglo pasado a pesar de que
cuentan con mayor calidad y también de esta forma puede dar a conocer su cine.
Mélanie se va de Paris ya que
acude a visitar a una anciana tía, sin embargo, no acude al cine como todos los
miércoles, algo extraño en ella, Alain acude a la casa hasta donde la acompañó,
pero ahí no la conoce nadie, es como si nunca hubiera existido, como un sueño.
Cuando algo acaba bien se olvida todo lo demás
Es una novela preciosa, en parte
gracias al escenario donde tiene lugar, París, la ciudad de la luz, una ciudad
con verdadero encanto. Esto combinado con una preciosa historia de amor hace
que el lector se sienta enganchado. Tiene ciertos giros que no se los espera
uno, y está narrado todo con cierta sensiblidad y delicadeza que encanta. Yo
esta novela la empecé a leer porque la vi en una librería y la portada me entró
por los ojos, el puente que aparece en la portada es el puente Alexandre, por
el que pasean Mélanie y Alain en su primera cita.
El camino más corto lleva a través de los ojos hasta el corazón
AsÍ mismo, acuden a lugares con
encanto, el café La Pallete donde toman su primer café juntos y el boulevard
Saint-Germain. Barreau ha sabido entretejer muy bien los personajes, su trama e
incluso los lugares, que en ocasiones evocaban un locus amoenus.
Es un libro que recomiendo enormemente a las personas que les encante viajar, las historias románticas y en especial a los enamorados de la ciudad de la luz.El amor... Es el primer verdor de la primavera, es un pájaro que gorjea su pequeña canción, una piedra que se lanza con alegría para que salte encima del agua, un cielo azul con nubes blancas, un camino intrincado que conduce a un fragante seto de retamas, un viento cálido que sopla sobre las colinas, una mano que se junta con otra
Este mundo no está hecho solo para los audaces y valientes, para los que gritan y se imponen, no, también los tímidos y los callados, los soñadores y los sensibles tienen su sitio en él. Sin ellos no habría término medio, matices, acuarelas azul pálido, palabras no dichas que dejan volar la imaginación. ¿Y no son precisamente los soñadores los que saben que las mejores aventuras se viven con el corazón?
VALORACIÓN 8.5/10
Boulevard Saint- Germain
Café La Pallete
Puente Alexandre
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