Ciudades de papel


Supongo que a cada quien le corresponde su milagro
Quentin y Margo Roth Spiegelman son dos vecinos que se conocen desde que eran unos críos, jugaban juntos (en un parque encontraron un cadáver). Sin darse cuenta, a partir de entonces cambiaron sus vidas. Poco a poco se fueron distanciando, tomando diferentes caminos, mientras que Margo se convirtió en la chica más popular y guapa del instituto, Quentin era un mero mortal del montón que no destacaba.
Bueno, en algún momento dejarás de mirar el cielo, o uno de estos días mirarás hacia abajo y verás que también tú has salido volando.
Una noche, a través de la ventana, Margo se cuela en la habitación de Quentin, proponiéndole una venganza contra algunos compañeros del instituto. A partir de esta noche, afloran los sentimientos que Quentin sentía por Margo, este en secreto se sentía atraído. Sin embargo, al día siguiente Margo desaparece sin dejar rastro aparente. Aunque Quentin encuentra una serie de pistas que podrían ayudarle a encontrarla.
¿Conseguirá Quentin encontrar a Margo o solamente eran imaginaciones suyas?

No tenían tiempo para pensar en el futuro. Pero luego las expectativas de vida empezaron a aumentar y la gente empezó a tener cada vez más futuro, así que pasaba más tiempo pensando en él. En el futuro. Y ahora la vida se ha convertido en el futuro. Vives cada instante de tu vida por el futuro...
Este libro lo leí en su versión original (aproveché que el libro estaba rebajado en Book Depository). Tras haber leído previamente Bajo la misma estrella pensé que este libro me gustaría tanto. Pero, sinceramente, me decepcionó un poco, me ha parecido un libro repetitivo porque hasta que sucede algo de acción pasan semanas (tiempo literario) y lo que sucede durante ese tiempo es pura rutina (podría no haberme leído esas páginas pero igualmente las leí porque tenía la esperanza de que pasaría algo relevante). Se me hizo tan repetitivo que lo tenía que coger con ganas para seguir leyendo.
Es el miedo que hizo que los peces salieran del agua y desarrollaran pulmones, el miedo que nos enseña a correr, el miedo que hace que enterremos a nuestros muertos.
Los personajes me han parecido algo flojos, también es verdad que me reí un poco (la obsesión de los padres de Radar con los Santa Claus negros) o lo torpes que eran los chicos ligando. Algunas escenas resultan casi inverosímiles, que los padres de Quentin no se den cuenta del uso del coche que hace (siendo ambos psicólogos)…
La hierba es una metáfora de la vida, y de la muerte, y de la igualdad, y de que estamos conectados, y de los niños, y de Dios, y de la esperanza.
Sinceramente, Margo me parece una cría inmadura que actúa siguiendo sus propios impulsos, por muy elaborado que sea su plan de huida. Mucha gente vive en ciudades pequeñas con pocos medios y no tienen tantas ganas de llamar la atención.
Te cuento lo que no me gusta: desde aquí no se ve el óxido, la pintura cayéndose y todo eso, pero ves lo que es realmente. Ves lo falso que es todo. Ni siquiera es duro como el plástico. Es una ciudad de papel.
En definitiva, creo que tenía las expectativas muy altas con este libro y eso ha influenciado enormemente. Al ser un libro "superficial" (no te hace reflexionar como hacía John Green en Bajo la misma estrella) ha contribuido a que no lo vea como un libro de la misma línea. Este libro se puede leer rápido por eso (si se lee con ganas).

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