The Wallflowers: Escándalo en primavera



No puede haber grandes dificultades donde abunda la buena voluntad

Daisy Bowman es la última de las Wallflowers que permanece soltera, tras dos temporadas sin conseguir marido, su padre, cansado de esto, decide elegirle un marido, su mano derecha, Matthew Swift. Por lo que para evitarlo, antes de mayo debe encontrar marido o se casará con Matthew.

Quizás habría sido más tolerable si hubiera tenido algún atractivo, pero el señor Swift no había sido el objeto de gracia alguna. Ningún sentido del humor, ningún vestigio de amabilidad, y por añadidura, ninguna belleza física: alto y desgarbado, tan torpe que sus brazos y piernas parecían colgar de él como sarmientos. Recordó la manera en que su abrigo colgaba de sus amplios hombros sin llenarlo, de manera que parecía que no había nada dentro

Daisy está horrorizada ya que no guarda buen recuerdo de él, lo considera un calco de su padre, frío, soberbio y además físicamente no le parece nada atractivo, un saco de huesos desgarbado. Sin embargo, durante el tiempo que ha estado sin verlo, éste ha mejorado notablemente.
Matthew lleva consigo desde hace 10 años un secreto que atormenta con destruir todo lo que ha conseguido con esfuerzo durante estos años, por lo que le impide llevar una vida tranquila y poder permitirse una relación de verdad con una mujer.

A veces huir es la única opción

Westcliff invita a una cacería a solteros deseables con el fin de ayudar a su cuñada, pero también está invitado Matthew, entre los solteros, lord Llandrinton, un noble que vive al norte de Gran Bretaña, lejos de Lillian, Anabelle y Evie.
¿Conseguirá un marido decente Daisy o tendrá que casarse con Matthew?

—¿Qué le hace suponer que yo querría una esposa convencional?
—Porque usted es como mi padre —dijo ella.
—No del todo.
—Y si usted se casara con una mujer que no fuera así, esa mujer acabaría siendo
para usted un… parásito.
—Prefiero pensar, que yo nunca sería un hombre tan cruel. O tan idiota.
—Todo lo que yo querría de una esposa —murmuró él—, es que ella sintiera algo por mí. Que se sintiera feliz al verme volver a casa cada día.
—Eso no es pedir demasiado.
— ¿Verdad que no?

Este libro es de lectura rápida, en un día se puede leer, ya que no posee una trama muy compleja, el hilo conductor es la intriga de con quién acabará casándose Daisy y también en qué consiste el secreto de Matthew que le impide vivir tranquilamente.
Al ser el cuarto libro de la saga The Wallflowers (Secretosde una noche de verano, Sucedió en otoño, El diablo en invierno) los personajes ya son conocidos y actúan según se espera de ellos, los más sorprendentes fueron Thomas y Mercedes Bowman, demostrando sentimientos por Matthew que no habían mostrado a sus propios hijos.

—Cuando hieras a un enemigo, hazlo de tal manera que le sea imposible vengarse.
—Solo usted citaría a Maquiavelo durante un partido de bolos —dijo Daisy

Daisy es una joven muy soñadora con una naturaleza romántica que busca un hombre romántico con su misma personalidad y con gafas. Pero en los bailes y soirées que ha frecuentado no lo ha encontrado, posiblemente porque su hombre ideal no se encuentre dentro de esos círculos. Tras su reencuentro con Matthew se dará cuenta de que en el pasó no se portó del todo bien con él.
Matthew a pesar de su fría fachada es un hombre atormentado que durante toda su vida ha salido adelante a base de esfuerzo y de superación, con una necesidad de sentirse necesitado. Por lo que para él, Thomas Bowman ha sido como un padre.
Me encantó el episodio con el ganso, donde el formal Swift pelea con un ganso Greylag mientras Daisy libera al ganso.

—Si usted le cuenta esto a alguien, pequeña pícara... me las pagará.
—No pienso decírselo a nadie. Saldría tan mal parada como usted.
Swift metió la mano en su abrigo, extrajo una pequeña navaja y se la pasó.
—¿Para que es esto? —preguntó con inquietud.
—Para cortar el hilo de la pata, tenga cuidado, está muy afilado, no me gustaría
que cortara una arteria por casualidad.
—No se preocupe, no le haré daño.
—Me refería a mí, no al ganso.  Si te pones difícil —le dijo al ganso— serás paté antes de la hora de la cena.
El ave levantó las alas amenazadoramente para parecer más grande


VALORACIÓN: 7/10

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